Nacional sacó a flote en Ibagué la jerarquía que le faltó en las dos primeras fechas de las semifinales de la Liga Postobón-I, venció por 2-1 al Tolima y revivió en su intento de llegar a la final.Los goles de Juan David Valencia y Jéfferson Duque, y el fútbol que exhibió en la etapa complementaria, ese que hace rato le pedía su numerosa fanaticada, evitaron una eliminación tempranera, la crisis deportiva, y hoy todo es ilusión.
El conjunto verde, que había comenzado bien el primer tiempo, sufrió después de los 30 minutos cuando su capitán y eje Macnelly Torres tuvo que abandonar la cancha por un esguince de tobillo.
Alejandro Bernal, que reaparecía, esta vez trabajando por un costado, dio dos puntadas interesantes que reflejaban las buenas intenciones.
Pero tras el infortunio de Macnelly (lo sustituyó Wílder Guisao) el equipo antioqueño fue otro. Sherman debió echar mano de la creación, sin la suficiente claridad y apoyo de sus compañeros.
Y en la tribuna, por problemas físicos, Juan Pablo Ángel, el goleador del equipo. Así, el panorama se tornaba complejo para los verdolagas.
El arquero Franco Armani se convirtió en salvador en tres ocasiones, una de ellas con el respaldo de Stefan Medina, el joven que le puso ganas y garra a cada acción.
El 0-0 de la etapa inicial resultó generoso con Juan Carlos Osorio y sus muchachos, que viajaron a la capital musical de Colombia con la necesidad de los tres puntos, luego de las dos derrotas ante Pasto e Itagüí.
Después del descanso no tardó mucho el festejo tolimense. A los tres minutos Andrés Andrade, de cabeza, puso el 1-0 para que sus compañeros se pusieran sombreros y bailaran ante el delirio de sus seguidores en la tribuna.
Con el resultado adverso, a Osorio no le quedó otra alternativa que arriesgar. Envió al campo a Francisco Nájera por Diego Arias y el cambio de Nacional fue abismal. Valencia, comprometido en la marca en el tanto pijao, se lanzó al ataque y logró el 1-1 (63’).
Nacional pudo seguir de largo, pero el arquero Antonhy Silva salvó en una acción de Alexis Henríquez, como lo había hecho antes en un disparo de Medina.
La paridad de nada servía. Había que ganar y eso lo ratificaban los verdolagas en la cancha, mostrando los ímpetus que les faltó en otros compromisos para evitar el descalabro en las semifinales.
Por eso arriesgaron y se exigieron al máximo en un escenario difícil, del que la última vez habían salido goleados por 4-0. Y recibieron su premio en un cabezazo que llevaba el alma del equipo y del atacante Jéfferson Duque, quien marcó el 2-1 definitivo para sumar un triunfo inobjetable, como lo esperaban los hinchas para seguir aferrados a la posibilidad de estar en la final.
Nota: El Colombiano